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CASTAÑEDA Y LA SEGUNDA VUELTA

Publicado: 2011-02-13

En una columna de noviembre pasado discutí lo difícil que es predecir las elecciones presidenciales por las débiles identidades políticas del electorado peruano. En ella señalé que: “desde enero los votos se mueven con los ojos puestos en la segunda vuelta y probablemente en febrero queden tres (candidatos), dos de ellos peleando por ser ‘la mejor opción’ contra el entonces favorito”. Sin partidos que ‘anclen’ las preferencias, la elección avanza al ritmo de nuestro electorado estratégico. En estas últimas semanas los beneficiados serán los favoritos que atraerán el voto útil. Los votantes abandonarán a los coleros para buscar un candidato con opción.

Pues bien, parece que la elección es de nuevo cuestión de tres. Con poco espacio para las sorpresas (¿Un repunte de Humala? ¿La caída de un favorito?), lo más probable es que el voto útil beneficie a Toledo, Castañeda y Fujimori.

Con buenos resultados a través de regiones y clases sociales, y ubicado al ‘centro’ en diversos temas, Toledo parece casi seguro en segunda vuelta. ¿Por qué Fujimori y Castañeda no están peleando entre sí por atraer el voto útil que asegure su pase a segunda vuelta? ¿Porque todavía creen que pueden ganar votos atacando a Toledo? Una cosa no quita la otra. ¿Porque creen que si pelean pueden perder los votos de su rival en la segunda vuelta? Dudo que eso importe mucho, recuerden a Alan y Lourdes. Pero por lo menos Castañeda no necesita hacer campaña negativa contra Keiko para tentar al votante que no quiere un Toledo ganador. Le basta con señalar lo obvio: él es la mejor opción para derrotar al expresidente en segunda vuelta, Keiko no le gana.

La resistencia al legado de papá hace difícil que Keiko pueda venderse como posible ganadora. Tiene a su favor un electorado en apariencia más fiel que el de Castañeda y una ligera ventaja en la mayoría de encuestas. Tal vez eso le baste para llegar a segunda vuelta, pero allí la tiene más difícil que Castañeda.

Con lo mala que ha sido su campaña, no me sorprendería que Castañeda deje de explotar esa ventaja. Sin embargo, tiene un aliado importante: el electorado estratégico. Muchos de los que no quieren a Toledo en Palacio probablemente sí sumen dos más dos y apoyen a Castañeda como mal menor. Que sea suficiente para pasar a Keiko, o que finalmente pueda ganar a Toledo, ya es otra historia.


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Hijos de un Dios menor

Un blog de Eduardo Dargent