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Estrategia y Preferencias

Publicado: 2011-02-28

Publicado en Diario 16, 27/2/2010

Diversos comentaristas evalúan la estrategia de los candidatos dependiendo de su posición en las encuestas. Si al candidato le va mal, asumen que una estrategia diferente habría cambiado radicalmente su suerte. Olvidan que las preferencias electorales tienen un peso crucial para definir dónde están y a dónde pueden llegar los candidatos.

Si Kuczynski fuera más técnico y menos payaso estaría mucho mejor, nos dicen. Más allá de la forma, parece que el principal problema de PPK es que su apoyo en el A no chorrea. Los demás estratos lo ven lejano a sus preferencias, un turista. Probablemente a un PPK tecnocrático tampoco le iría mucho mejor.

También se dice que un Humala más radical y sin corbata habría jalado el ‘enorme’ voto crítico al statu quo. Aunque no creo en el carácter de aluvión de ese voto, la interpretación me gusta más. Era crucial para Humala distinguirse en una primera vuelta muy confusa. Un poco de radicalismo lo hubiera mostrado como el candidato más atractivo para ese voto disconforme.

Pero hay evidencia contra mi posición. Según la última encuesta PUCP, los favoritos también le ganan a Humala entre quienes piden cambios radicales. Es decir, Humala 2006 podría ser muy ultra para los supuestos radicales del 2011. Como sea, si Humala crece en estos días con un perfil moderado habrá hecho un buen negocio: tendrá un pie en solitario en la izquierda y el otro más cerca al centro. Los que lo critican seguro alabarán su astucia.

¿Por qué gustamos de estos análisis donde los generales y no los ejércitos deciden la elección? Porque dada la debilidad de nuestras identidades políticas la estrategia sin duda tiene un peso importante. No se necesita mucho para que una buena estrategia o un cambio de timón tenga un impacto positivo: el candidato que sube a 15% se convierte en opción de segunda vuelta y jala electores que antes lo veían como un voto perdido. Y no olvidemos que con apenas 22% se llegó a segunda vuelta en las elecciones anteriores.

Pero tampoco exageremos. Los candidatos dependen de las preferencias de los electores para subir o bajar. Hay candidatos que no crecen ni con Napoleón de asesor, otros que sin estrategia ni carisma se mantienen sólidos y hay los que, mientras avanza la elección y se aclara el panorama, se vuelven más interesantes para el elector. El que descubra el balance entre estrategia y preferencias que me avise por favor.


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Hijos de un Dios menor

Un blog de Eduardo Dargent