#ElPerúQueQueremos

ESE DEBATE SE DECIDE EN LA CANCHA

Publicado: 2011-03-08

Publicado en Diario 16 6/3/2011

Mis amigos Sinesio López y Carlos Meléndez debaten sobre cómo interpretar el apoyo ciudadano a la continuidad, la reforma o el cambio radical del modelo económico, y qué implican esos resultados para la candidatura de Ollanta Humala. Dos encuestas señalan que hay alrededor de 13% de continuistas, 40% de reformistas y 40% que piden cambios radicales.

La mayoría apuesta por la moderación, dice Carlos, sumando continuistas y reformistas. Humala no tendría sitio en este Perú moderado. La mayoría demanda cambios, responde Sinesio, sumando moderados y radicales. Ollanta debería cosechar de este amplio descontento. Si no lo hace es por una “disonancia congnitiva”: los electores todavía no asocian su descontento con la propuesta nacionalista. Meléndez responde que el problema no es de disonancias, sino que hasta los supuestos radicales son más moderados que Ollanta. Según el IOP-PUCP, queda cuarto (15%), incluso entre los radicales.

¿Quién tiene razón? Pues la elección lo dirá. Primero limpiemos la cancha. El problema de hablar de “disonancia cognitiva” es que se puede convertir en “Jalisco nunca pierde”. Ante un desastre electoral de Humala no resultaría razonable decir que la “disonancia” se mantuvo toda la elección. A pesar del claro anti-humalismo de varios medios de comunicación, creo que esta democracia sí permite una contienda entre las dos perspectivas. Recuerden que en el 2006, con una prensa más hostil, los votos descontentos sí llegaron a Humala.

Si Humala no llega a, digamos, 20%, creo que Carlos gana. El ánimo no era de cambios económicos radicales. Sinesio podría argumentar que el voto útil afectó el resultado, pues si Humala no crece en las próximas semanas los ciudadanos solo votarán por los que puedan llegar a segunda vuelta. Pero ese resultado mostraría que el tema económico nunca fue muy importante para los electores.

Si Humala crece a 30% o más, pues Sinesio acertó: la campaña demostró que representaba el cambio que demandan los descontentos. Carlos podría señalar que este crecimiento se debió a otros temas en los que Humala tiene aceptación (corrupción; delincuencia) y no al económico. Pero incluso si fuera así, el resultado mostraría que no había un ánimo tan moderado pues igual se votó por el candidato más reformista.

Hay también sitio para el empate. De pronto un apoyo masivo al cambio radical es exagerado, pero sí mayor al 14% actual de Humala. Si su voto es de 20-30% creo que habría que declarar tablas entre mis amigos.


Escrito por


Publicado en

Hijos de un Dios menor

Un blog de Eduardo Dargent