Publicado en Diario 16 20/3/2011

En las últimas dos elecciones a estas alturas tres candidatos ya concentraban el voto. Un cuarto candidato en caída libre (Olivera en el 2001, Paniagua en el 2006) miraba resignado a los punteros. En el último mes de campaña muchos electores abandonaron su primera opción y escogieron a quien consideraban el menos malo entre los favoritos. La débil identidad partidaria y la segunda vuelta explican estos juegos electorales.

No siempre la primera vuelta la pelean tres. Un poderoso Fujimori haciendo campaña desde el Estado hizo que las elecciones de 1995 y 2000 fueran cuestión de dos. Lo mismo sucedió en Colombia el año pasado, cuando el electorado inventó un candidato que le peleara la elección al súper favorito Juan Manuel Santos.

Pero lo que vemos en estos días no lo había visto nunca: cinco candidatos por encima del 10% siguen en carrera, con apenas 10 puntos de diferencia entre el segundo y el quinto. Las encuestas mostrarán hoy si la tabla se sigue ajustando.

No es lo que yo esperaba. Pensé que de nuevo tendríamos tres candidatos en marzo, tal vez cuatro por ese sólido voto fujimorista ajeno a juegos estratégicos. Llegó marzo y eran tres los favoritos, pero en vez de concentrarse, el voto se desconcentró. ¿Qué pasó?

Creo que la diferencia de esta elección es que entre enero y marzo los favoritos se estancaron y, especialmente, no hubo un segundo puesto que se despuntara. Ello permitió que crezcan lentamente dos candidatos con una posición ideológica atractiva para parte del electorado. PPK es la derecha que muchos en el AB y otros sectores urbanos quieren. Sin Lourdes Flores en carrera, ese sector se fabricó un candidato que lo represente. Ollanta Humala, por su lado, es la izquierda fuerte y crítica que otro tanto desea. Aunque con techos bajos, sus votos no se perciben como perdidos, y no sorprendería que sigan subiendo hasta estar a tiro de Fujimori. Alcanza para que cinco peleen el paso a una segunda vuelta, a la que en el 2001 y 2006 se llegó con apenas 22%.

¿Se mantendrá este escenario? Lo más honesto sería decir que no sé. Pero si tengo que apostar, diría que cinco son muchos para un electorado que ha mostrado ser muy estratégico: uno debería caer, sospecho que Castañeda. No se sorprenda si me equivoco. Otra vez los electores, y no los analistas ni los políticos, son los que hacen la elección peruana muy interesante.